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Nuevas medidas en Rumiñahui al término del Estado de Excepción

La aspiración más legítima del ser humano es acceder a la educación formal. El sueño de cada padre de familia es que sus hijos logren éxitos en su vida, que los triunfos sean producto de un trabajo honesto.

Del mismo modo, los pueblos esperan contar con las herramientas necesarias para garantizar la educación de sus habitantes, porque el acceso al conocimiento genera progreso colectivo.

Sin temor a equivocarme aseguro que los destinos de este cantón tomaron otro rumbo, con la creación del primer colegio. Y desde hace 47 años, se presentó otra alternativa para la juventud, cuando se dio vida al Colegio Rumiñahui.

La institución se convirtió en un baluarte que, a través de los años, ha formado a miles de estudiantes que buscan un futuro mejor. El Colegio nació con una misión humanista, para dar cabida y oportunidad a un segmento de la población trabajadora, a quienes no alcanzaron a completar sus estudios, en el régimen regular y abrió sus puertas por la noche, para recibir a los alumnos, sin distingo de ninguna naturaleza.

El cantón Rumiñahui recogió esos frutos, hay cientos de profesionales que se incorporaron a nuestro desarrollo y hacen de este territorio un espacio de trabajo y bienestar.

Ahora, la comunidad educativa hace esfuerzos incalculables para proseguir con su camino de victorias. Aprovecho la oportunidad para expresar mi saludo y respeto a todos quienes hacen esta noble institución.

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